lunes, 3 de octubre de 2016

CRÍTICA TEATRAL DE LA OBRA "LA TEMPESTAD" de ALFREDO MARTÍN



La Tempestad – Dir.: Alfredo Martín

Algunos espíritus diletantes consideran su destino como una cadena de elecciones. Arrojados a lo que el riesgo les dice, no atienden a escrituras o recetas. Solo contingencias puras…amigables o reacias. Algunas, apenas se leen como augurios.

En el camino de colonizar lo nuevo se puede ignorar con novata determinación todo lo que hay en la profundidad. Allí descansan los restos de aquellos que otrora parecían tan seguros. ¿Antes que el mar, las aguas?… ¿acaso sea algo predestinado lo que tengan por fortuna?

En el destierro, el duque de Milán y su hija Miranda se han hecho de una serenidad estoica, tal vez el único camino para soportar la soledad de su isla. Próspero y ella viven a la vera del mundo lejano. La joven no conoce otro rostro que el de su padre y un abominable nativo (Calibán) que los asiste como esclavo. Luego de una traición urdida por su hermano Antonio y el rey de Nápoles, el duque debió exiliarse, desarraigado de sus riquezas, únicamente con su hija tan preciada y algunos libros un tanto misteriosos. Ávido por las ars liberales, versado en las disciplinas del trívium y quadrivium, Próspero domina los arcanos que tan minuciosamente aprendió de sus páginas. Todo el poder lo asiste, las ninfas, los querubines…la naturaleza es un misterio que puede manipular.

Alonso, rey de Nápoles, regresa en su nave del casamiento de su hija Claribel. Surcando los mares, la tripulación es azotada por una furiosa tempestad. El naufragio disemina todo su séquito por las aguas, entre ellos su hijo Fernando. La desgracia (o la fortuna) lo arrastra junto a sus servidores más cercanos a las tierras inhóspitas de Próspero. Fernando, con un desviado camino que la suerte allanó, también pisa esta isla. No sabe del paradero de su padre y supone lo peor. Allí encuentra a Miranda y se inventa el amor.

Horas aciagas vive todos los supervivientes. El rey lamenta la aparente pérdida de su hijo. Él, puesto a prueba por Próspero, encalla sus  manos juntado leña como muestra de su férrea voluntad de tomar a Miranda como prometida. Otros beodos marineros también vagan por la isla sin saber del resto.

La magia subrepticia de Próspero ha manipulado sus destinos. Con ánimo aleccionador, dispone de todos sus conjuros y espíritus para atormentarlos.

La Tempestad es un romance tardío de Shakespeare. Nacido en el auge de la expansión hacia el nuevo mundo, fue representado un 1 de Noviembre de 1611 por primera vez. Hacia 1613 fue nuevamente puesto en escena con motivo del casamiento de Isabel Estuardo, hija del rey Jacobo I. La trama evidencia la jerarquía y la disputa de los ducados, en los albores de este mundo precolonial. Los relatos de tierras extravagantes cautivan, principalmente a los emprendedores. El empleo de la mística y la brujería, que tantas piras han encendido entre el S XVI y XVIII, es quizás una manera del autor de congraciarse con sus mecenas. Sus intenciones “políticamente correctas” se adornan de remisiones al helenismo.


Con una puesta en escena muy audaz, Alfredo Martín hace de este clásico una pieza exquisita y  dinámica. Sustrayendo cuatrocientos años de existencia del texto, el dilema que subyace se hace muy cercano. De inicio a fin, un auditorio ríe y se estremece gracias a geniales actuaciones. Con mucha habilidad y un excelente elenco, el clásico se reafirma en las tablas.        

Las divinidades se han entrometido entre los seres desde el teatro clásico. Construirse un destino  tiene en la antigüedad el techo de un determinismo absoluto que no entiende de razones. El medioevo occidental incorpora el libre albedrío pero también la expiación de culpas. En La Tempestad, la magia intercede para redimir a los justos y blandir tormentas para los deshonestos. Pero es el perdón y la reconciliación la manera adecuada de reflexionar sobre lo que uno siembra.


La Tempestad se presenta los Viernes 19:45 hs en Teatro Andamio 90, Paraná 660 CABA.


Elenco: Marcelo Bucossi, Brenda Margaretic, Iván Vitale, Mariano Falcón, Julián Belleggia, Daniel Goglino, Nicolás Fabbro, Gabriel Nicola, Pablo Mariuzzi, Marcelo Rodriguez, Bianca Vilouta Rando, Gustavo Reverdito, Ariel Delgado y Nicolás Olmos, con versión, puesta en escena y dirección general de Alfredo Martín. 

En el Teatro Andamio, Paraná 660. Entrada $180 (Estudiantes y Jubilados $120.-). Tels. / Informes: 4373-5670

Prensa: Silvina Pizarro
Crítica: Guido Facile

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