viernes, 12 de septiembre de 2014

LA ESPERA Por SOLEDAD FAYO





En el tiempo efímero de esta noche, escuchas latir la frase de la espera,

como un reloj que deja de marcar las horas,

llevas a tu desorden alimentar los pensamientos.

Quizás más de la cuenta y esa ansiedad te devora la piel.

¿Como ejerces presión, absurda y veraz?,

un quiebre de realidad donde el miedo no te deja pensar correctamente. ¿Donde aceptas el sentir?,

él no deja de engañarte,

no fluyes,

no te entregas al mar.

Vienen, se acercan lentamente las caricias impuras

para la estreches del mundo incapaz de entender donde la diferencia existe.

Un remolino donde esos labios se encuentran,

y aun en la quietud de una oscuridad te extrémese decirlo.

El te quita el aliento una y otra vez,

se ven las sombras del humo que inventa

en formas al beso e invita a leerte en el cuerpo.

Un recorrido infinito, casi descontrolado

donde vuela la esencia de esa inmensa imaginación,

anestesiada la atención,

se lleva las palabras,

y en el silencio se engreda el placer.

Las curvas envidian como sobre sus yemas

se borran las castas miserias

que enferman cada día las culpas

y el adiós a su inocencia. 

En el tiempo efímero de esta noche, escuchas latir la frase,

una y otra vez se cegó en el vacío de este espejo

que en su reflejo espera decirte.

Casi olvidas en ese instante despedirte,

sabiendo que pronto volverás a verlo.

Nefasto domino,

aun esperas ver caer en el último suspiro

sus pupilas cuando le hagas el amor.




Imagen: DriFting. Olivier Valsecchi

 

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