miércoles, 29 de enero de 2014

ENTREVISTA LITERARIA A LA ACTRIZ Y CLOWN SILVIA AGUADO





LLTV: Los tres libros más importantes que hayas leído

SA:  Quiero aclarar que considero que los "más importantes" no son quizá los que me parecen "mejores" o los que más me gustan sino que son, aquellos que por diferentes razones, se entrelazaron con mi vida de una manera especial en alguna época en particular. Los menciono en el orden en que llegaron a mi vida:

Esperando a Godot de Samuel Beckett. A los 16 años lo leí por primera vez cursaba el ultimo año de la formación actoral con Hugo Midon.  El me sugirió hacer una  escena de esta obra. Recuerdo que quede encantada por los textos. No podía esperar para decirlos. Para ponerle el cuerpo. Ensayaba con mi compañera, ensayaba sola, ensayábamos en clase y luego de clase, gracias a la generosidad de Hugo que nos dedicaba tiempo extra. En medio de esos ensayos me enferme. Estuve 2 meses en cama con fiebre altísima. Deliraba y soñaba con esos textos. Repasaba mentalmente la escena una y mil veces. Cuando me recupere, corrí a los ensayos con un hambre descomunal por volver a decir cada una de esas palabras. Beckett me enseño a jugar. y Hugo a creer en mi. 

Zen en el Arte del Tiro con Arco de Herrigel Eugen. Tenía 18 años. Entrenaba actuación en la escuela de Agustín Alezzo. Este libro llego a mis manos por recomendación de otro docente, también. Lizardo Laphitz, en este caso. "el tiro con arco y la actuación se parecen muchísimo". Creer o reventar: me lo compre en el parque centenario, en un puesto de usados. No solo lo leí asintiendo con la cabeza al borde del "desnuque", sino que lo subraye con rojo, lo escribí, le llene los márgenes de cruces, de notas, de flechas. Leía y me sentía inmersa en una lección de actuación y de vida. Sentía que Herrigel me estaba "evangelizando" y yo se lo permitía encantada. El punto y yo. Yo hacia el punto. La nada. El presente. Y soltar. 

-Linterna Mágica de Ingmar Bergman. Tenía ya 25 años. Estaba escribiendo mi tesis de licenciatura en cine:“LA AUTOBIOGRAFÍA COMO ELEMENTO CONSTRUCTOR DE LA FICCIÓN Y SU POSIBLE EFECTO CATÁRTICO, EN INGMAR BERGMAN”. Veía, leía y soñaba Bergman. Día y noche.

De todas las cosas que leí de el, Linterna Mágica me atrapo para siempre. Es su autobiografía. y como fanática que soy de las autobiografías de gente brillante, este libro hizo conmigo lo que quiso. Me reí, llore, aprendí, me sorprendí, lo admire, lo odie, lo padecí, lo comprendí, lo ame. Puso en palabras ciertas convicciones que intuía. El rey de los climas, los vínculos y los diálogos, me enamoro para siempre. Al tiempo de entregar la tesis, aprobarla y recibirme, Bergman murió. Me entere de la noticia y llore. y me fui a una casa de fotos a imprimirme una en donde el porta una nariz de payaso.

LLTV: En qué circunstancia tuviste la primera sensación que ibas a dedicarte a ser clown

SA: El clown llego a mi vida de manera un poco mágica. Como suceden las cosas mas importantes de la vida. Durante varios años, siempre para la misma época del año, la nariz se me hinchaba y se me ponía roja, rojísima. La punta de la nariz, redonda y brillante, se coloreaba y yo me la podía ver sin tener que ponerme bizca. Los dermatólogos no entendían demasiado que pasaba. Me sacaban fotos. Me daban alguna crema. Pero no mucho más. Un día, entrenando actuación en la escuela de Julio Chavez, aparece Maby Salerno. Me anote en el taller que ella daba allí. Y sentí que algo intenso e impostergable estaba sucediendo. Luego vino Cristina Martí. Un día, en un pasillo del rojas, le dije "me estoy volviendo loca. Quiero ser payasa para siempre. Me vuelvo loca. Tengo que hacer algo". "Vení. Hace otro taller mas". Entrenaba 3 veces por semana. Estaba embelesada, enamorada del trabajo, una vez más, cada vez más. Luego llego Lila Monti a mi vida. Y ella adopto a Ruda, -mi payasa- y me ayudo a domarla. Y me cambio la vida para siempre. y asumí el compromiso de no abandonar a mi payasa, jamás. Desde que Ruda apareció, nunca más, me volvió a salir “eso” en la nariz. El cuerpo me había estado dando señales. Por suerte lo había podido escuchar a tiempo.

LLTV: ¿Último libro que leíste?

SA: Momo de Michael Ende. Es el último libro -lo estoy leyendo ahora- y fue uno de los primeros. Cuando tenía 6 años, me lo leyó una maestra de la escuela. Nos leía capítulos en clase, en los recreos y en las horas libres. Una de las primeras compras cuando fui madre, fue este libro. Usado, también. Mi bebe tenia meses. Pero no se porque tuve el impulso de buscarlo y comprarlo. "para leérselo algún día, antes de dormir". 

Ahora que lo leo yo misma, es completamente diferente al "momo" que recuerdo de mis 6 años. y me gusta. Mientras lo leo, recuerdo el patio de la escuela, donde nos leía el libro. Lo arropada que yo iba a la escuela en invierno. y la necesidad de mirar el piso de granito cuando la historia se ponía triste y yo me emocionaba.

LLTV: ¿Qué libro te marcó algo para siempre y por qué?

SA: Los Justos de Albert Camus. Tenía 23 años, hacia un seminario para actores en lo de Alezzo. Un compañero me propone hacer una escena de "los justos". "Vos sos dora, tenes que hacer dora". Casi digo que no. "bueno", dije. Ensayábamos y tomábamos té. Pasamos a hacer la escena 2 o 3 veces y decidimos abandonarla. Nunca dejábamos un trabajo por la mitad.  "no sale. Es horrible. Tomemos té, pero dejemos esta escena", me dijo "stepan". Y así fue: dejamos la escena, entonces. y nos dimos un beso. Nos enamoramos. Nos casamos. Y tuvimos un hijo.

LLTV: ¿Escribís?

SA Si. Poco. O menos de lo que me gustaría.

LLTV: ¿En qué circunstancias lo hacés?

SA: De noche. Cuando todos duermen. y la casa esta en silencio. En algún blog secreto, en alguno no tan secreto. En Word, ideas, proyectos, palabras. En lápiz, en medio de la noche. Cada vez que escribo me reprocho porque no lo hago mas seguido. Escribo cuando tengo algo para hacerlo. Cuando hay algo que tiene que emerger en ese formato. Escribo cuando quiero. Pero sobre todo, y más honestamente: cuando puedo.

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro te gustaría interpretar?

SA: Uff! muchos! todos! a Alicia (en el país de las maravillas). A Dorothy (el mago de oz). A Matilda o a tronchatoro (Matilda). A Victoria Ocampo, quizás. Yo tenía 13 años. Una profesora de la escuela que yo adoraba, me presto 3 de los 6 tomos que componen la autobiografía de Victoria (ella consideraba que los últimos 3 no eran para "mi edad"). Los devore en pocos días. Estaba fascinada con esas vidas, esas casas, tan "de película". Una argentina de otra época, un grupo social tan diferente al que yo conocía. Le tome cariño a victoria a pesar de su controvertido carácter. y a sus hermanas, sus primas, sus amores. lo leía como si viese una película. La criticaba a la vez que me resultaba adorable. Le perdonaba sus caprichos y le deseaba, tomo a tomo, finales felices.

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a tomar un café?

SA: Sin dudas y rotundamente a Dalí. leí casi todo lo que escribió. Diario de un Genio es un pasaje a la felicidad. Lo amo. Lo odio. Lo amo. Le tiro el café en la cara, me escupe un licuado de duraznos, le tironeo de los bigotes y al final, juntos, hundimos las caras en una porción de torta de brownie con merengue. 

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción?

SA: El Gran Libro de los Nombres , uno de esos libros con nombres y significados, para elegir el nombre del bebe. Lo compre con la ilusa idea de que en un momento, iba a ver un nombre resaltado, aureático, en cursiva, subrayado, un haz de luz iba a iluminar esas letras y yo -nosotros- íbamos a saber como llamar a nuestro primogénito. Lo leí cien veces. En voz alta, sola, juntos, en la cama, en el balcón. Nada. Ocho meses y medio sin una sola revelación por parte de ese libro. No lo lean. Métanse a la ducha y repitan nombres hasta que el bebe se mueva, siempre, con el mismo nombre. Tema resuelto.

LLTV: Contanos un poco de Rompiente, este espectáculo que estas presentando en No Avestruz y cuáles son los próximos proyectos en el que estás trabajando para el 2014

SA: Rompiente  es una creación de Lila Monti, Agustín
 Flores Muñoz y mía. Habla del pasado, de las maneras de ir
 hacia el futuro. y sobre todo, porque para mi el clown es
 eso: del presente. Presente continuo. Supongo que habla
 también de mi infancia. De mi yo niña. Y a la vez de mi
 maternidad. De la de mi madre. Seguramente también de mi
 hijo.

En este año y medio -o más-, de creación, mi hijo fue
creciendo a la par del espectáculo. Fue hablando e
 introduciendo palabras a su vocabulario, al igual que mi
 payasa al espectáculo. En una época se le dio por pedirnos,
 al papa y a mi, nuestros "tesoros". Así le llama a los objetos
 que guardamos de la infancia. y entonces nos obligo a
 revolver en los cajones y en los recuerdos. Fui a la casa de
 mi mama y encontré cuadernos, cartas, apuntes, juguetes,
 ropa. Todo eso siento que empapo el mar de "rompiente",
 también. Al igual que otros recuerdos, que no son tan
 "tangibles".

Rompiente habla también de esa necesidad de hacer lugar, de vaciar, de tener espacio para poder recibir las cosas nuevas. El porvenir. De que recordar es mirar hacia adelante, -con la espalda viva, a flor de piel-, y no hacia atrás. Del pasado como guía del futuro. Del presente como un lugar de encuentro. Con uno. Con los otros. El clown es encuentro. Es presente. Y es vital.
En 2014 planeo encontrarme con el publico a través de
 “rompiente”. Y también de mis otros “yo’es”, como la actriz,
 sin nariz. y varias cosas mas, pero mientras voy al futuro,
 ahora estoy acá: respondiendo lindas preguntas.
 
 
La Letra tal Vez te cuenta que Rompiente se presenta en funciones los sábados, a las 22.30, en NoAvestruz Espacio de cultura, Humboldt 1855, Palermo. Reservas al 4777.6956.
 
Silvia Aguado está formada en la técnica de clown con: Lila Monti, Cristina Martí, Guillermo Angelelli, Gabriel Chamé Buendía,  Marina Barbera, Darío Levin, Claudio Martínez Bel, Pablo Algañaraz, Maby Salerno, Erica Ynoub, Totó Castiñeiras, entre otros. En teatro se formó con Hugo Midón, Agustín Alezzo, Lizardo Laphitz, Julio Chávez, entre otros. También incursionó en otras técnicas, algunas  de ellas: canto con Mariano Moruja, acrobacia con Osvaldo Bermúdez y danza con Marta Monteagudo.
 
También se formó como cineasta. Su Tesis de finalización de carrera como guionista y directora, resultó ganadora y fue aprobada por el Institut national de l'audiovisuel (París, Francia).
 
Trabajó como payasa en numerosas varietés de clown y formó parte de la compañía payasa Claun Social y Deportivo, fundada en 2007. Como actriz trabajó en teatro y cine desde el año 1996. También se desempeñó como directora en montajes teatrales. Y como asistente de dirección, tanto en teatro como en clown. Actualmente ejerce la docencia impartiendo talleres de teatro desde el año 2002 -como docente asistente- y desde el año 2005 impartiendo sus propios talleres de teatro; y de clown desde el año 2010
 

Entrevista: Walter Gómez
Prensa: Marisol Cambre

DOSSIER DE FOTOS Por CAROLA ROCA


Dos enormes y bellísimas actrices argentinas, Eva De Dominici y Candela Vetrano, fueron retratadas por la fotógrafa Carola Roca, quien gentilmente puso a disposición algunas de estas tomas para La Letra Tal Vez.
































































Carola Roca es una joven fotógrafa argentina con un talento enorme. Ya con sus solo 20 años, muestra  que tiene un ojo virtuosísimo.
 
Ella se presenta sola, y se lo cuenta a La Letra Tal Vez:
 
"Mi nombre es Carola Roca y viví en Saladillo toda mi infancia,  donde mayormente me rodeaba el campo, deambulaba en el,  imaginando cosas que luego plasmaba en cuadernos acerca de cómo hacerlos realidad en mis fotos.
Descubrí la fotografía como una forma de arte cuando tenía 14 años. Rápidamente se convirtió en un escape de los ensayos de la adolescencia, y una excusa para escapar de la realidad.
A los 18 me mude a Buenos Aires y comencé de lleno con la fotografía en la Universidad de Palermo.
Actualmente con 20 años, comencé a trabajar para la revista Las Rosas, TKM, Be black magazzine entre otras, también  realizado campañas, lookbooks, books personales, y continuando mis estudios en la misma."

FRAGMENTO DE AULLIDOS Por ALLEN GRINSBERG




He visto los mejores cerebros de mi generación
destruidos por la locura,
famélicos, histéricos, desnudos,
arrastrándose de madrugada
por las calles de los negros
en busca de  un colérico picotazo,
pasotas de cabeza de ángel consumiéndose por...
la primigenia conexión celestial
con la estrellada dinamo de la maquinaria
de la noche, que,
encarnación de la pobreza envuelta en harapos,
drogados y con vacías miradas,
velaban fumando en la sobrenatural
oscuridad de los pisos de agua fría
flotando sobre las crestas de la ciudad
en contemplación del jazz,
que desnudaron sus cerebros
ante el Cielo bajo el, y vieron
tambalearse iluminados ángeles mahometanos sobre los
tejados de las casas de alquiler,
que atravesaron las universidades con radiantes ojos tranquilos,
alucinando Arkansas y tragedias de luz-Blake entre los
escolásticos de la guerra,
que fueron expulsados de las academias
por dementes & por publicar
odas obscenas sobre las ventanas de la calavera...



Aporte de Ana Albanece

 

FLORES - Por CRISTA SMITH




"A la deriva en los mares vacíos para todos los días que me quedan..."

Sting

                                      I


Formo parte de ciertas flores que nunca abrirán sus pétalos.

                                      II


Frío. Demasiado frío afuera. No tanto como dentro de mi cuerpo abatido. Fumo un último cigarrillo en el parque, rodeada de pájaros que atraviesan el cielo mientras los pétalos abandonan los cuerpos de las flores amarillas que tanto me gustan para estrellarse contra el suelo de tierra y convertirse tal vez, como yo en un futuro ya casi inmediato, en alimento para insectos.


                                        III


Flores negras contrastan con mi vestido blanco y me perfuman y embellecen en éste jardín, donde descanso y siempre es de noche.

ESTA CANSADO Por CECILIA GONZÁLEZ GERARDI


 
 
A Juan Castro

 

Está cansado.

Alucina.

El teléfono sigue sonando.

Afuera

le espera,

paciente.

Se toma las manos con la cara.

Se humedece.

El teléfono suena.

Se levanta.

Se sienta.

Se acurruca en la alfombra tomándose las piernas flexionadas.

Se detiene.
 

El teléfono sigue sonando.

Gira sobre sí.

Abre la mandíbula como queriendo exhalar un grito

inexpresable.

Mas calla.

El teléfono suena.

 

Puede verlos.

Se cubre los ojos.

Ése no es el problema.

Se sienta cruzando las piernas.

Está descalzo.

El teléfono sigue sonando.

Se sujeta del almohadón más cercano.

Cae al suelo.

Se toma del sofá.

Se yergue con dificultad,

pausada, pero decididamente.

El teléfono suena.

Eleva el rostro.

Está cansado.

Se desplaza abriéndose paso entre los obstáculos.

El teléfono sigue sonando.

Avanza,

los ojos entreabiertos,

la respiración esforzada,

los pasos

como arrastrados.

El teléfono suena.

Los pies descalzos.

El rostro cansado.

El cuerpo harto.

Avanza.

El teléfono sigue sonando.

La cortina estremeciéndose.

La ventana abierta.

Se detiene.

Mira hacia atrás,

como queriendo...

El teléfono suena.

Traspasa el umbral.

Se detiene.

Aguarda.

El teléfono sigue sonando.

La brisa golpea su rostro.

Es detenido.

Los pies cansados.

El cuerpo descalzo.

El alma vacía.
 

El teléfono sigue sonando.

martes, 14 de enero de 2014

HENRY MILLER - SEXUS - CAP 20, FRAGMENTO

 
 
Durante siete días y siete noches estuve solo. Empecé a pensar que Mona me había dejado. Telefoneé dos veces, pero su voz sonaba lejana, perdida, consumida por la pena. Recordé las palabras del señor Einstein. Me preguntaba si la habrían hecho volver al redil.
Después, un día, hacia la hora de cerrar, salió del ascensor...
y se detuvo ante mí. Iba vestida totalmente de negro, excepto un turbante malva que le daba aspecto exótico. Se había producido una transformación. Los ojos se habían vuelto todavía más apacibles, la piel más translúcida. Su figura se había vuelto seductoramente suave, su porte más majestuoso. Tenía el aplomo de una sonámbula.
Por un momento, apenas si podía dar crédito a mis ojos. Había algo hipnótico en ella. Irradiaba poder, magnetismo, encantamiento. Era como una de esas mujeres del Renacimiento que te miran fijamente con una sonrisa enigmática desde un cuadro que retrocede hasta el infinito. En los pocos pasos que dio antes de arrojarse en mis brazos sentí un abismo, como no había sabido nunca que pudiera existir entre dos personas, que se cerraba. Era como si la tierra se hubiese abierto entre nosotros, como si, mediante un esfuerzo supremo y mágico de la voluntad, ella hubiera salvado el vacío de un salto y se hubiese reunido conmigo. El suelo sobre el que estaba hacía un momento desapareció, se deslizó hasta un pasado del todo desconocido para mí, así como la plataforma continental se desliza en el mar. Nada tan claro y tangible como esto se formuló en mi mente entonces; hasta después -porque reviví aquel momento una y otra vez posteriormente- no entendí la naturaleza de nuestra reunión.
Todo su cuerpo me transmitía una sensación extraña al tacto, al apretarla contra mí. Era el cuerpo de un ser que había renacido. Era un cuerpo enteramente nuevo el que me entregaba, nuevo porque contenía algún elemento que hasta entonces había faltado. Por extraño que pueda parecer decirlo así, era como si hubiese regresado con su alma... y no su alma privada, individual, sino el alma de su raza. Parecía estar ofreciéndomela como un talismán.
 

APUNTES FINALES - Por CRISTA SMITH




Amo tanto la noche así como también le temo.

Es su oscuridad profunda la que palpita dentro de mi alma

y me inspira a escribir historias;

pero también me agobia,

me invade,

me asfixia.

Es una combinación de pasión (la de escribir o leer)

y de miedo (hacia lo oscuro, lo oculto, lo desconocido).

Es cuando los fantasmas aparecen;

a veces para recordarme algunas tragedias

que tuvieron lugar en mi existencia,

otras para demostrarme la potencia de ideas

que cubren mi ser

y la fuerza que soy capaz
 
de desplegar frente a la adversidad.

Mundo de contradicciones el mío:

el del miedo y el de la valentía.

El de sentir y el de negar
 
la capacidad de sentimiento alguno,

el de expresarse en medio del caos de las batallas interiores.

 La ansiedad que ataca.

Las ganas de que la noche no se termine

y a la vez que llegue a su fin

con la aparición de los primeros rayos del sol.

Personalidad ambigua, la de creer y no, la de sentir

y no otra vez y, la de esperar y esperar

con la ilusión a flor de piel
 
por algo que no será ni llegará nunca.
 


Fotografía: Crista Smith

Los  textos pertenecen a su poemario "El jardín de los ausentes" que se encuentra publicado en Issue

MUNDO HERMOSO Por CRISTA SMITH





Un día el disparo fue certero:

la bala hizo nido dentro de mi pecho.
 
El mundo es demasiado hermoso

para soportar la inmundicia que desprendo.

La decadencia de mis manos

que no saben obrar más que batallas perdidas.

El silencio: soy la furia contenida,
 
incapaz de expresar amor o dolor,

por partes iguales.

Las noches azules, carentes de perfumes
 
o mugre, por ejemplo.

Suciedad de cuerpos que se destrozan y arman de nuevo,

bajo techos húmedos y suelos polvorientos.

Ventanas abiertas en los cielos de otros,

bendiciendo esa entrega arrojando estrellas a sus ojos.

Y qué vacío mi firmamento de este lado,
 
por comparar apenas.

No queda otra opción más que la muerte dulce.

Tal vez una canción que arañe el recuerdo
 
distante a la belleza

que nunca tuve o que tímidamente,
 
insinué en breves ocasiones.

Quizás cerrar los párpados y
 
rezar por un poco de luces entre tanto mar y horas.