lunes, 7 de octubre de 2013

ENTREVISTA LITERARIA A LA ACTRIZ ANAHÍ GADDA - EXCLUSIVO LA LETRA TAL VEZ -

 Les presentamos una de las mejores entrevistas del año, no solo por el conocimiento literario que expuso, sino además porque se metió tanto en el juego propuesto, que dio la sensación que por un instante nuestra entrevistada ya no estaba presente en la mesa del bar del CCC. Solo nos había dejado su cuerpo. Veíamos brillar sus ojos mientras imaginaba (y estamos convencidos que la estaba viendo) la cena que había organizado en su casa con algunos personajes de la literatura, que en cuanto leas la nota, vas a empezar a compartir. Estamos hablando una actriz talentosísima, con toda la formación teatral (al pie de la entrevista podés leer su bio). Ella está integrando el elenco de "Los Áspides de Clepatra",  de Francisco de Rojas Zorilla.  MIÉRCOLES a SÁBADOS / 21 HS.  DOMINGOS / 20 HS.  Sala Casacuberta, Teatro San Martín.

Nos quedamos con muchas sensaciones, aprendimos mucho y al final de la entrevista nos fuimos convencidos que habíamos sido atravesados por un rayo de sapiencia. Muchísima lucidez y una  tremenda brisa de belleza nos había arrasado.

Le hace muy bien al teatro artistas como Anahí Gadda y quizás estaría bueno que tengan mayor difusión en los medios. Nada vuelve a ser igual después de compartir una charla con semejantes cabezas. Si a esto se le suma la humildad con que nos trató, y con la que se puso a disposición de la entrevista, todo eso termina de redondear un momento de mucha honra para quienes hacemos La Letra Tal Vez.  
 
 
 
LLTV: ¿Podrías mencionar los tres libros más importantes que hayas leído, o que mayormente te hayan constituido como individuo? 

AG: Uno de mis grandes autores es Antonio Di Benedetto, y Zama que fue la primera novela que leí de él, es un libro que me marcó. Hay algo de cómo narra que es algo así como Sartreana, que es muy especial. Y Zama además de que tiene ese sesgo existencialista, me marcó el descubrir en la literatura, los silencios. Es un tema que a mí me inquieta particularmente. Encontrar gente que se de cuenta de los momentos de silencio como momentos de comunicación. Es como con la pareja, a veces pienso que una linda pareja es con alguien con quien también podés estar en silencio, y podés disfrutar ese silencio. Y en la literatura de Di Benedetto y en Zama especialmente, es un material que recorre mucho eso. Como recorre las pausas en el relato es algo que me encantó. Di Benedetto es un autor que menciona mucho Cortazar. Es un mendocino que sentís que estas leyendo a Sartre. Son esos pocos autores que son universales. Vos lo empezás a leer y decís, este no es un ser de esta tierra. Yo lo descubrí a través de la novela, que además es una trilogía, está Zama, Los Suicidas y El Silenciero. Y como cuentista también es muy bueno. Además es muy cinematográfico, y eso a mí como actriz eso me impacta. Están repletos de imágenes, me pasó mucho con los cuentos de Di Benedetto. De hecho Aballay, es un cuento de Di Benedetto.

Después La Madre de Gorki, también me marcó mucho. Lo leí de muy chica, y tenía muchas inquietudes respecto a la militancia y a la política en ese momento, y la novela tiene que ver con cómo se vincula el mundo de lo político, con lo familiar y lo afectivo. Yo recuerdo mucho las cosas además por como lo pueden marcar los libros o la música por como a veces llegan a uno, o por cómo te pegaron en un momento particular también.

Me gusta mucho la poesía, siempre le digo a los poetas que me asomo con mucho respeto, porque en sí los poetas me parecen seres especiales. Hay una antología de poesía surrealista de Aldo Pellegrini maravillosa. Me acerqué al surrealismo de curiosa y allí descubrí algunos de mis favoritos, como Jean Arp, Robert Desnos, Jacques Prevert. Pero eligiría La Tierra Baldía de Elliot. Junto con Rimbaud son canales de poesía muy importantes. 

LLTV: ¿Escribís? 

AG: No soy especialmente escritora. Escribo desde siempre mis sueños, cuando me levanto. Tengo libros y libros (se ríe). Pero esa es una manía de pequeña y quizás por eso el surrealismo como inquietud.  

LLTV: Fogwill escribía sus sueños 

AG: Si, muchos lo hacían. Yo empecé desde chiquita porque siempre me acordaba de los sueños y me levantaba y antes de escribirlos, le quemaba la cabeza a toda la familia contándole todo. Y siempre me levanto y hablo de lo que soñé. Hasta que un día dije, voy a dejar de hablar tanto. He escrito cuentos de alguno de ellos.  

LLTV: ¿Último libro que leíste? 

AG: Estoy con un quilombo de japoneses. Estoy con El País de Nieve de Kawabata (Yasunari), y Piezas Cortas para Teatro Noh Moderno de Mishima (Yukio). También agarré de nuevo el Op Ollop, del complejísimo Juan Filloy, que es relectura. Con Filloy podés estar leyendo tres horas la misma carilla, parece que inventara las palabras, es impresionante. 

LLTV: Son los que estás leyendo, entonces... 

AG: Yo leo en simultáneo. No me sale estar con uno solo. Estos los estoy leyendo. Acabo de terminar la novela de un argentino que se llama Iosi Havilio, la novela se llama Opendoor, de editorial Entropía. Llegué a ella por un librero amigo, que es la única persona a la que le compraría un libro que no conozco. Y me pasó algo muy curioso, fue una novela con la que tuve una permanente y activa discusión mientras la leía. Y llamé varias veces a la editorial a ver si podía dar con él, es su primera novela.  

LLTV: ¿Qué libro te marcó algo para siempre y por qué? 

AG: Ay, qué difícil esto…hay un libro que se llama El Último Refugio, es un libro álbum, viste los libros que cuentan historias a partir de imágenes. Y yo llegué al universo del libro álbum por un proyecto en el que estuve trabajando de Narración Oral con jóvenes y con chicos. Entonces esta gente me traía mucho material que era para chicos y ahí di con El Último Refugio, el guión es de Patrick Lewis que tiene ilustraciones de un italiano que se llama Roberto Innocenti. Cuenta la historia de un autor que va a un hotel en busca de la inspiración. Y con eso me vienen diez millones de cosas en la relectura, películas como Muerte de un Viajante. Tiene algo así como varios libros juntos, de hecho el libro tiene alusiones a Emily Dickinson, y tantos otros…además me gusta mucho la ilustración y la pintura, entonces es un material que recoge todo su imaginario y con el cual viajas por todos esos lugares. Los libros álbunes son un mundo que no está muy abordado, primero porque son caros, y hay muchos editados por Fondo de Cultura Económica que no son muy accesibles, pero en realidad hay muchos libros que casi no tienen palabras, son todas ilustraciones y son fabulosos. Algunos son muy poéticos, toman una poesía y la van desmembrando a través de imágenes. Otro libro-álbum maravilloso, lo compré hace unos días, se llama "La cruzada de los niños" el texto es de Bertold Brecht sobre el escape de los niños en Polonia tras la guerra... y las ilustraciones ( que son realmente imperdibles, para mi un hallazgo) de Carme Sole Vendrell. Sumando a la cadena de libros álbum, otro libro para mi fundamental es "Los misterios del Señor Burdick" de Chris Van Allsburg, un libro que solo contiene un epígrafe para cada ilustración y que deja el resto del vuelo para que lo complete la imaginación del lector.... un libro que puede contener millones de historias con solo inspirarse en las imágenes de Burdick. Y sin duda Jimmy Liao, uno de mis favoritos en esta cadena, un taiwanés con un pincel único, todo el mundo debiera disfrutar alguna vez de el La noche Estrellada y Esconderse en un rincón del mundo. 

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro invitarías a tomar un café, y por qué? 

AG: Ay, qué divertido…(Se queda pensando mucho con la mirada en algún lugar) 

LLTV: Mirá que hay una pregunta parecida a esta, que apunta a dos sensaciones distintas.

AG: ¿Cuál es la otra? 

LLTV: ¿ A qué personaje de qué libro te gustaría invitar a comer en tu casa, dispuesta a pasar un buen momento, y con perspectivas de divertirte? 

AG: Ah, esa es genial !!! Las dos son muy divertidas…A ver, vamos a empezar por la cena, porque en una cena podemos hacer un quilombo. Primero armaría una mesa cuadrada que eso me lo enseñó Callau (Manuel), nos hemos matado de risa en las giras, porque él sostenía de armar mesas cuadradas para poder hablar entre todos y escucharnos, porque cuando las mesas son alargadas hablas solo con el de al lado. Entonces armaría una mesa cuadrada en casa y a ver…para divertirse invitaría al Quijote, porque es el que  terminaría a las seis de la mañana revoleando el vino arriba de la mesa. Al Quijote me lo imagino en medio de una discusión, que lo pondría con…¿Puedo delirar, no? (risas). Me lo imagino con un Aureliano Buendía recién llegado de la guerra, sentado en casa así con la escopeta. Me estoy divirtiendo mucho, porque me imagino en mi casa y yo cuando invito amigos es la música, el guiso…así que sería una mesa con el Quijote que es una figura muy caricaturesca desde mi imaginación, pero a Aureliano lo imagino…si fuera cine, lo imagino con una imagen pálida. Entonces podríamos tener una mesa con sectores de blanco y negro, sectores de caricatura, personas reales, personas menos reales (se ríe mucho) y todos compartiendo un par de vinos. Algún personaje de Clarisse Lispector…esos personajes oscuros que estarían toda la cena mirando para abajo y mirando mal al Quijote, susurrando algo en la mesa que uno no llega a escuchar, viste que los personajes de Clarisse tienen ese mundo medio introspectivo. Y esperá porque tendría que haber sin dudas, alguno de los narradores del Satiricón de Petronio, para que cuente chistes toda la noche. Y lo lindo de Satiricón es que además tiene esa mixtura entre lo perverso y lo orgiástico que también podría ser muy divertido para una cena. Y le podemos agregar a alguien más a la mesa, pensemos…ya sé, a Severino de Giovanni de Bayer. A Severino sería al primero que le serviría una copa de vino. A mí de Severino me encantan las cartas de amor a su amante, me parecen un testimonio. Sería fabuloso que todo esto pueda suceder, como en un sueño. Y si es por sumar diversión, dejame agregar al Sr y Sra Smith de Eugene Ionesco, hasta que sus voces vayan descosiéndose en cantos y onomatopeyas. 

LLTV: ¿Y la mesa de café?

AG: Y la mesa de café, no sé…es más intenso eso. (Piensa mucho). Yo en mi mesa de café sentaría a alguien en quien mas allá de lo que pueda conversar, pueda observarle  los gestos, los silencios, por eso me parece delicado. Pienso en un café con Ireneo Funes, solo para escuchar en distintos idiomas la voz del "zarathustra cimarrón y vernáculo" que inventó Borges. Un chocolate con churros: con Martita (la hija de Juan, el Eternauta de Oesterheld), para figurarme como se ven caer los copos de nieve y las desapariciones desde la mirada de una niña. Y me tomaría unos vinos con Clarisse, la mujer libro de Bradbury, para que me recite en vivo cuanto autor valga la pena ser recordado. 
 
 
 

LLTV: ¿A qué personaje de qué libro te gustaría interpretar en el teatro?

AG: Ufff, muchos en teatro. Y de las cosas mas variadas también, porque me gusta mucho el teatro clásico, pero también materiales más extraños, por ejemplo de Phillippe Minyana un autor de teatro francés, tiene una obra cortísima que se llama Volcán y hay un personaje que es Fedra Joven, y el personaje Volcán mismo que es mujer, tiene unos monólogos que son impresionantes.  Phillippe Minyana tiene algo de mecánico en su escritura, cercano al surrealismo, una escritura sin comas ni puntuación. Todos los monólogos de esa obra, sobre todo los personajes femeninos son así, por eso es un desafío para mí encarar un texto que tiene mucha musicalidad, que para mí ese es otro tema, la música en los personajes, el sonido de las palabras. Estos personajes tienen eso, primero no tienen entrecomado ni nada, sino que tienen que construir esa lógica, a partir de la lógica de los personajes. Y por otro lado que tiene algo de explosivo ese material. Pero también hay personajes de los clásicos de todos los tiempos que también son interesantes, por ejemplo la Casandra del Agamenón de Esquilo, es un personaje entrañable. O Desdémona en Otelo, Charlotte Corday en Marat Sade, tantísimos podría nombrarte. Y en el teatro argentino también hay muchos personajes muy movilizantes sobre todo por aquellos  que te ubican en un espacio de ruptura personal, al igual que abordar esos monólogos absolutamente rotos y fragmentados que mencionaba antes.  

LLTV: ¿Recordás haberle leído a alguien en voz alta alguna vez, haber sostenido una lectura compartida? 

AG: Si mucho, y por esto que te conté. Yo trabajaba en un programa de Narración Oral, en un programa de promoción de la lectura donde yo tenía a cargo un grupo de 12 chicos jóvenes que se tenían que formar como narradores, luego ir a bibliotecas públicas, hospitales, a narrar los cuentos que preparaban conmigo. O sea antes de hacer ese ejercicio yo con ellos, lo tuve que hacer conmigo. Porque creo que la magia de contar historias es algo que empieza donde uno no puede transmitirle algo a otro, no si antes nunca le contaste un cuento. Primero partí de cuentos tradicionales, Andersen, Saki y tantos otros, para aprender como mecanismo de lectura tradicional. Lo más importante que  hice en relación a eso fue con la poesía española, porque yo encaré a los chicos en contar cuentos tradicionales, en contar microrelatos que es algo que me encanta. Hay una antología de microrelatos que se llama En Frasco Chico que es fabulosa. Les contaba muchas  historias y después nos quedáramos charlando de cómo en el contenido sintético de un relato corto a veces hay una profundidad mucho mas fuerte que en un relato mas extenso. Y con ellos un día me atreví a llevar Lorca, Salinas, Vicente Aleixandre. No creo que porque los chicos vengan  de clases bajas, solo tengan que leer determinadas cosas. Y pasó algo genial, por la musicalidad de estos textos, los chicos se memorizaron poesías completas de Romancero gitano, de Vicente Aleixandre. Uno de los chicos, Fernando se llama, me conto que se había levantado a la chica de su vida gracias al monólogo de Segismundo de la Vida es Sueño (Calderón de la Barca), “Qué es la vida, un frenesí…”, y se lo dijo a la chica, se comió uno de los mejores besos de su vida, entonces vino a agradecerme esa situación, un chico que no sabía escribir. Y te puedo asegurar que  recitaba el monólogo de Segismundo que te ponías a llorar. Vos sabés que este chico, siempre se escondía bajo su gorra y nunca me miraba a los ojos, y para mí fue un gran aprendizaje, porque no siempre la comunicación es como uno la imagina. Yo entendí que esa era su manera de comunicarse  y que tenía que ver con la construcción de su identidad, con aprender a leer el cuerpo del otro. Y volviendo a la poesía, me parece que la poesía española tiene esa musicalidad, y a mi me pareció increíble como chicos jóvenes podían memorizar y narrar a otros esos textos. Mirá, una cosa que hice con ellos, hay un movimiento de artistas callejeros que se llama Les Soufflers, Los Susurradores, artistas que salieron por las calles de París con unos tubos, viste como los de tela, esos como hay en Once cuando se acaba la tela y queda el tubo, pintados, intervenidos plásticamente, entonces salían a decirles a una persona al oído mediante el tubo, no se…la declaración de los derechos del niño, una poesía,  un cuento, lo que fuere. Tomamos este movimiento con los chicos, fuimos a Once a buscar los tubos, y a partir de eso lo que pasó fue genial. Además la poesía tiene eso, una cosa es narrar para un grupo de gente, pero cuando alguien te lee algo al oído, hay una sonoridad que se te mete en las vísceras, un cosquilleo particular. Esta experiencia me hizo redescubrir a estos poetas que en su momento los había leído de manera más formal. Me pasó con Juarroz, que es uno de mis favoritos. 

LLTV: ¿Recordás qué libro te generó muchísima expectativa y te defraudó en la misma o mayor proporción?


AG: Mirá, no sé si puedo responder a eso de un libro. Pero lo que sí te puedo decir y no sé por qué lo relaciono con esto, es lo que recuerdo sobre un libro que aun no termine. Mí  novio actual me regaló cuando me conoció, los tomos de los hermanos Karamazov (Dostoievski). Y me pasó que fue un libro con el que fui y vine durante muchos años de la lectura. Viste esos libros que llegaste a la 150, por algo lo dejás y cuando volvés no querés volver desde la 150, querés volver de la 1 de nuevo, y así. Y me pasó mucho tiempo de leerlo, de abandonarlo, y así. De enojarme, de que me guste. Tuve como una relación amorosa con ese libro, de pelea y de volverte a enamorar. Es maravilloso Dostoievski, lo cuento mas bien como anécdota.  

LLTV: ¿Película preferida? 

AG: Muchas, es un infierno esta situación. Tengo una especial devoción por los cineastas de la Nouvelle Vague, siempre los termino nombrado a ellos. En un momento era Hiroshima Mon Amour, de Alains Resnais sin dudas. Vivir su Vida de Godard. Lo que pasa es que no me gusta nombrar por nombrar, sino por algo específico de ese film que a uno lo marca. En Vivir su Vida, la protagonista que es Anna Karina es Nana, primero que es una película que Godard la presenta en 12 cuadros. Es una película que tiene algo de teatral, sobre todo por la división en cuadros, y me gusta porque por ejemplo la primera secuencia es Nana hablando de espaldas, todas las imágenes que son cuadros en blanco y negro. Es una escena muy larga donde lo que único que uno ve es una mujer de espaldas. Nana habla mucho de la devaluación de la palabra en relación a la necesidad del silencio. Hay otra escena, todas muy largas, en una charla en un bar, que Godard la filma como si fuésemos nosotros dos, ella está de costado y ella está pensando y dice que necesita mas silencio, que siente que las palabras cuando no tienen tanto que decir no cuentan. Y otra película que me fascina es El Cocinero, el Ladrón, la Mujer y su Amante, la recuerdo mucho por la persona que me la recomendó que me hizo una lista de películas memorables y un poco porque siempre me atrajeron las películas que rozan algo de la teatralidad. Los colores, los cuadros, la desnudez, el sexo y lo caníbal que tiene esa película…la iluminación es impresionante. Y después, curiosamente y en opuesto, me río mucho con las películas de Pasolini. Me divierte porque Pasolini trabajaba con no actores y a mí como actriz me apasiona poder captar la esencia de los gestos. Pasolini tiene una película llamada Apuntes para una Orestíada Africana, otra cosa imperdible. La voz de Pasolini que dice “Esto no es una película, no es ficción, no es un film, tampoco es un documental, son apuntes para una película”.  

LLTV: Proyectos para lo que queda del año y algo pensado para el 2014? 

AG: De miércoles a domingo estamos presentando acá en la Sala Casacuberta del teatro San Martín, Los Áspides de Cleopatra de Francisco de Rojas Zorrilla. Es un proyecto hermoso, es una obra de teatro en verso del siglo de oro español, yo estoy enamorada cada vez mas de la obra. 

LLTV: Contame un poquito de tu personaje. 

AG: Mi personaje se llama Irene y es la hermana de Octaviano, que si hacemos un paralelo con la historia romana sería el que fue Augusto, Octavio vendría a ser. Mi personaje sería Octavia en la historia romana, justamente lo interesante de Rojas Zorrilla que es el autor, es que lejos de analizarlo solo desde la historia de romanos y egipcios, los personajes van mucho mas al extremo. De hecho, Irene, toda la primera secuencia de la obra es una romana palaciega en todo sentido, y en todo el resto de la obra se convierte en una guerrera que va a la guerra con casco, espada, a recuperar el amor de Marco Antonio, de su esposo, su prometido, que se fue enamoradísimo de Cleopatra. Ese es parte el recorrido que tiene mi personaje. Es fabuloso porque en la realidad Octavia siendo una mujer que estaba en la moneda romana no se iba a ir a la guerra por amor y acá Rojas Zorrilla sí, la mete en una nave y va a Egipto a recuperar con sangre y barro el amor de Marco Antonio. Se suma lo que eran las concepciones de la época sobre el desprecio, sobre el amor…es una obra bellísima, fue un trabajo muy arduo sobre el tema del verso, porque acá en Argentina no suele hacerse un trabajo tan específico sobre el verso. Fue como un Posgrado porque tuvimos un capo como Gabriel Garbisu, que es especialista en verso junto con Guillermo Heras que es el Director de la Obra, trabajamos dos meses sobre estudio riguroso del verso. Y mas allá de lo que es el  verso, la obra es bellísima y el elenco es muy lindo. Por la estructura del verso no se puede improvisar, hay que estar muy atento, es una obra muy musical, que requiere un sentido, una conciencia sobre el sonido, sobre la palabra, sobre la acción. Es un desafío bellísimo.

LLTV: ¿Y proyectos? 

AG: En enero nos vamos a Madrid con la obra, vamos a presentarla en el teatro Pavón. Es una co-producción entre el Complejo Teatral y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que a mí me fascina, los he ido a ver siempre que estuvieron acá. Y hay algunos otros proyectos que están a la espera, luego de ver el itinerario que vamos a tener con la obra.
 
 
Entrevista Realizada por Walter Gómez
Fotos: Leonardo Delsabio

 

 
Es Actriz egresada de la EMAD ( Escuela Metropolitana de Arte Dramático). En 2009 recibe la beca Podestá al mejor desempeño en la Carrera Formación del Actor. Se formó actoralmente con Ciro Zorzoli, Pompeyo Audivert, Héctor Beacon, José Cáceres, Horacio Medrano, Antonio Célico, Manuel Longueira, Ricardo Bartis, Fernanda Cuyás. Estudió canto con Maggie Garbino y actualmente con Mariela Passeri. Canto y Repertorio popular con Lorena Astudillo. Técnica vocal y canto coral con Gabriel Giangrante, y Rítmica con Mariano Moruja. Estudió expresión oral con Carlos Demartino y trabajó como narradora oral.Cursó el Profesorado en danza clásica, danza contemporánea y estudió la técnica Martha Graham con Cristina Barnils. Danza folclórica y zapateo en el IUNA, Artes del Movimiento. Realizó entrenamiento físico para actores con Ana Frenkel, Pablo Rotemberg, Ignacio Monna, Carlos Casella. Comenzó sus entrenamientos en Antropología Teatral con El Baldío Teatro. Se formó en destreza actoral, acrobacia y esgrima en escena. Realizó seminarios de dramaturgia con Mauricio Kartun. Continúa su formación teórica sobre teatro, cine y artes del espectáculo en la UBA ( Universidad de Buenos Aires), completando la Licenciatura en Artes Combinadas. Se desempeña como docente de teatro desde 2007 y coordina intercambios entre artistas en Festivales de Arte Joven y Comunidad. Como directora teatral, crea en 2009 el proyecto " El teatro en la construcción identitaria" que fue declarado de interés cultural por el Ministerio de Cultura en el marco del Régimen de Promoción Cultural. Actualmente realiza el rol de Irene en "Los Áspides de Cleopatra" de F. Rojas Zorrilla con Dirección de Guillermo Heras en el Teatro San Martin, en el marco del Laboratorio América de Teatro en Verso. Sus anteriores trabajos en teatro fueron: "Yepeto" ( Teatro Nacional Cervantes), "Me duele una mujer" ( El Tinglado), "El Dibuk" ( Teatro San Martin), "Antigona Hot" ( Auditorium Mar del Plata), "Nuestra Señora de las Nubes" (Teatro Antesala), "Partidas, últimos territorios" ( El Baldio Teatro), entre otros.
 

 
 

2 comentarios:

  1. Excelente, sencillamente un deleite, Gracias Walter este tipo de notas alimentan el intelecto y el alma.KM

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    1. Gracias a vos Karina por tu comentario, siempre nos hace bien saber la opinión de quienes nos leen, para bien y para criticar cuando corresponde.

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